CXLVIII ANIVERSARIO DEL TRIUNFO DE
LAS FUERZAS LIBERALES SOBRE EL INVAROS FRANCÉS
DISCURSO DEL ORADOR OFICIAL:
DR. RODOLFO CAMPOS MONTEJO.
Muy
buenos días.
Para
el de la voz representa un alto honor dirigir este discurso conmemorativo del 148 “Aniversario del Triunfo de las
Fuerzas Armadas Liberales sobre el Invasor Francés”, en nombre de los
tres poderes del Estado; y hacerlo en presencia de las autoridades civiles y
militares que nos acompañan, encabezadas por el Gobernador del Estado y la
Representante de la Junta de Coordinación Política del H. Congreso de Tabasco.
Resulta
–sin duda alguna- una distinción tener la oportunidad de rememorar
acontecimientos que han dejado una huella indeleble en las páginas de la
historia de nuestra entidad y la nación entera.
Y
más aún –como orgulloso jalpaneco que soy- hacerlo frente a la estatua del más
valiente e ilustre de los hijos de mi municipio: el Coronel Gregorio Méndez
Magaña.
Protagonista
indiscutible y líder moral en Tabasco del movimiento para la defensa de la
soberanía nacional, en contra de los invasores franceses.
Hazaña
que nos invita a reflexionar, sobre los múltiples sacrificios que los
tabasqueños de ayer realizaron por las generaciones de hoy y de mañana.
Gesta
heroica que debe inspirarnos –y de hecho nos inspira- a preservar nuestra
identidad nacional y generar un mayor sentido de pertenencia a esta generosa
tierra.
Acontecimiento
en el que los tabasqueños de aquella época, contuvieron la intervención
extranjera e impidieron las ambiciones imperialistas de Napoleón III y la
traición del grupo de mexicanos que lo apoyaban.
Suceso
que ocurrió un día como hoy, pero hace 148 años, cuando el pueblo de Tabasco
dio una lección de pundonor y
convicción republicana.
Una lección
de patriotismo y vocación democrática.
Una lección
de valentía, solidaridad, pero sobre todo de unidad.
Pues
los liderazgos regionales de esa época, lograron agruparse y coordinarse para
hacer frente eficaz al enemigo extranjero.
El
primero en levantarse en armas desconociendo al gobierno invasor fue el Coronel
Andrés Sánchez Magallanes en Villa de Cárdenas, lo secundó el también Coronel
Gregorio Méndez y su hermano Pedro en Comalcalco y Jalpa.
Mientras
en Tacotalpa se pronunciaba el Coronel Lino Merino y los hermanos Bastar en
Teapa, Eusebio y Cornelio Castillo hicieron lo mismo en Jalapa y Pichucalco.
Con
pocas armas, pero mucho arrojo e imaginación y apegándose a las estrategias
ideadas por Méndez Magaña, los tabasqueños de entonces lograron someter a los
intrusos y expulsarlos de nuestro territorio aquel histórico 27 de febrero de
1864.
Dejándonos
con ello un gran aprendizaje, pero sobre todo, el mayor de los legados: nuestra libertar.
Señoras y señores:
Hoy que los
desafíos que enfrenta Tabasco son distintos a los que tuvo en la segunda mitad
del siglo XIX e incluso a los que sorteó durante todo el siglo pasado.
Hoy que los
enemigos de la Patria son otros, y no necesariamente provienen del exterior.
Hoy que la
violencia y la sinrazón amenazan la paz y la tranquilidad de nuestras familias.
Encuentro
una importante coincidencia con la gesta heroica que encabezaron los héroes del
liberalismo social tabasqueño: ahora igual que antes –o incluso- más que antes,
la única fórmula para remontar las grandes adversidades está en la unidad.
Unidad de todos,
absolutamente todos los tabasqueños.
Unidad que
transforme el desaliento, la desesperanza y la incredulidad, en fe, esperanza y
optimismo.
Unidad que permita
la reconciliación social y el fortalecimiento institucional.
Por
ello, es necesario y urgente volver la mirada al pasado. No sólo para evitar
sus errores, sino para rescatar lo mejor de cada tiempo, de cada época, de cada
momento.
Precisamente
el presente es fruto de nuestro pasado. Ese pasado que ha dado forma a lo que
somos ahora, y que nos impulsa a través de sus enseñanzas, a alcanzar lo que
anhelamos ser.
Y
la mejor vía para construir la patria que anhelamos ser, es la dignidad.
Dignidad para
apostarlo todo, incluso la vida, por nuestros ideales.
Dignidad para luchar
con las armas de la razón, la tolerancia y la prudencia en defensa de nuestra
soberanía, libertad e independencia.
Dignidad para hacer
valer la ley y garantizar que prevalezcan la justicia y el derecho.
Por
ello, en esta fecha histórica, en esta mañana de remembranza, exhorto a TODOS los tabasqueños a que demos, UNIDOS, esa lección de DIGNIDAD que espera MÉXICO, que necesita TABASCO, y que merecen NUESTRAS FAMILIAS.
Muchas
gracias.
RODOLFCO CAMPOS MONTEJO
27 DE
FEBRERO DE 2012
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